MT-Ácidos grasos es un análisis de ácidos grasos en sangre seca, que son moléculas clave en diversos eventos fisiológicos y patológicos. Están presentes en múltiples funciones metabólicas, tales como el almacenamiento de energía, estructura de membranas, cascadas de transducción de señal y oscilación de proteínas.
Diferentes estudios demuestran una fuerte asociación entre el metabolismo de los ácidos grasos y la fisiopatología de algunas enfermedades crónicas, como son, la progresión de la obesidad, diabetes, arteriosclerosis y la enfermedad autoinmune, entre otras.
Los ácidos grasos de las series Omega-3 y Omega-6 juegan un papel importante en el metabolismo humano
El ácido docosahexaenoico (DHA), ácido graso poliinsaturado de cadena larga (LCPUFA) de la serie omega-3, es un componente estructural importante de los fotorreceptores retinianos y de las membranas neuronales corticales, siendo necesario para el óptimo desarrollo neuronal y una correcta función visual. Es bien sabido que la suplementación en LCPUFAs, especialmente en DHA, tiene un efecto positivo en el desarrollo visual en neonatos prematuros. El DHA, junto a otro ácido graso de esta misma serie omega-3, el ácido eicosapentaenoico también denominado EPA, influyen directamente en el desarrollo neuronal, la agudeza visual y el sistema inmunológico. La suma de los niveles de EPA y DHA, el denominado índice Omega-3, ha sido relacionado tanto con la conducta y comportamiento, como con el estado de ánimo. Asimismo, varios estudios han demostrado la utilidad de suplementar en DHA y EPA en el tratamiento de los trastornos por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), el autismo, la dispraxia (trastorno de las destrezas motrices), la dislexia y en determinados cuadros agresivos y de agitación. Más recientemente se ha reconocido el índice Omega 3 como un factor de riesgo emergente en relación a la mortalidad por enfermedades cardiovasculares. El LCPUFA de la serie omega-6 más abundante en el organismo es el ácido araquidónico. Es precursor determinante en la producción de eicosanoides, tales como prostaglandinas, leucotrienos y tromboxanos. Participa, por tanto, en los procesos de agregación plaquetaria, inflamación, crecimiento celular y proliferación celular. Por otro lado, diferentes estudios han determinado que la cantidad de PUFAs totales es significativamente menor en los pacientes con autismo que en niños sanos (no autistas y sin retraso en el desarrollo). Podemos resumir que tanto los ácidos grasos LCPUFAs de la serie omega-3 como de la serie omega-6 influyen de forma significativa tanto en el crecimiento normal y el desarrollo neurológico y visual, como en la función cognitiva e inmunológica. Por tanto, garantizar un adecuado estado o perfil de LCPUFAs en el organismo es necesario en todos los individuos, siendo especialmente importante en niños en desarrollo y en personas riesgo de deterioro cognitivo.